5 Errores que los profesionales de la medicina funcional están cometiendo
Creo que todos los profesionales están trabajando con las mejores intenciones para ayudar a sus clientes y pacientes a resolver los problemas de salud, prevenir los futuros y, en última instancia, mejorar la calidad de vida en general. Dicho esto, algunos están perdiendo la marca, o cometiendo errores que están impactando negativamente los resultados que sus clientes y pacientes están obteniendo. Entender estos cinco errores que los médicos de medicina funcional comúnmente cometen puede servir como una guía para ayudarle a encontrar un médico eficaz con quien trabajar.
Como en cualquier profesión, el nivel de competencia entre los profesionales varía enormemente. Un viejo chiste ilustra mejor este acertijo. ¿Cómo le llamas al tipo que se gradúa al final de su clase en la facultad de medicina?» Responde: «Doctor».
Desafortunadamente, no podemos pedirles a los profesionales sus calificaciones, así que depende de nosotros el tratar de averiguar quién tiene la competencia que usted está buscando, y más aún, quién tiene la experiencia para servirle mejor.
En un informe reciente publicado por el Instituto de Medicina Funcional, encontraron que, en promedio, las personas tienen seis diagnósticos y más de treinta síntomas. Esto no es algo que se pueda tratar con un solo tratamiento (como vemos en la mayoría de las intervenciones alopáticas), o con un montón de pruebas aparentemente impresionantes. Es algo que requiere una evaluación integral y un régimen terapéutico multifacético para abordar la causa raíz.
Aquí es donde un practicante de medicina funcional puede ser útil, siempre y cuando usted elija el correcto.
El siguiente es un marco de trabajo que le permitirá tomar decisiones informadas al momento de elegir al profesional adecuado para sus necesidades.
5 Errores que los profesionales de la medicina funcional están cometiendo
- Demasiadas pruebas
Cuando vaya al médico para su revisión anual, es probable que le soliciten algunas pruebas básicas, incluyendo un conteo sanguíneo completo, y posiblemente algunas otras como TSH, marcadores de azúcar en la sangre, ferritina sérica y vitamina B12, según sus antecedentes específicos. Estas pruebas buscan principalmente desequilibrios en las etapas finales.
Por ejemplo, la hemoglobina A1c (HbA1c), un marcador de los niveles de azúcar en sangre a largo plazo (alrededor de 3 meses), muestra lecturas altas después de años de consumir comidas con alto índice glucémico y alta carga glucémica. Entonces, un día, la HbA1c vuelve a ser alta y se le declara «prediabético».
Hay otro mundo de pruebas llamado pruebas de laboratorio funcionales. Con las pruebas de laboratorio funcionales, los médicos están más interesados en encontrar desequilibrios que en hacer diagnósticos. Estas pruebas pueden detectar desequilibrios años antes de que aparezcan los síntomas. A menudo tienen la capacidad de detectar problemas en los que las pruebas de laboratorio convencionales se quedan cortas. Por ejemplo, una prueba de ácidos grasos en la sangre puede determinar si alguien es propenso a la inflamación, o incluso si tiene una inflamación silenciosa. Para que una prueba de laboratorio convencional detecte esto, la inflamación tendría que ser bastante severa.
Sí, hay una gran utilidad en estas pruebas de laboratorio funcionales. Sin embargo, más pruebas y más resultados, no significa que usted va a recibir mejor atención y mejores resultados para su salud.
Un profesional eficaz se ocupará primero de los fundamentos. Esto es clave, aunque a menudo no tan sexy como las pruebas de fantasía. Con demasiada frecuencia, la gente viene a mí con montones de resultados de pruebas, pero no han abordado algunos principios clave como la práctica de una higiene adecuada del sueño, la limpieza de su dieta, la integración del ejercicio regular o el control de los niveles de estrés.
En segundo lugar, aunque los resultados de las pruebas pueden decirnos mucho, es necesario utilizarlos para dirigir el protocolo. Demasiados profesionales darán los resultados a sus clientes, sin tomar medidas efectivas. Esto suena sorprendente, pero les preguntaré a los clientes si hicieron algún cambio después de hacer esta o aquella prueba. La respuesta es a menudo «no, mi médico no sabía qué hacer», o «no, no hubo ningún seguimiento después de recibir los resultados», o «sólo me dieron algunos suplementos». Esto es una desafortunada pérdida de tiempo y dinero para todas las partes, y una oportunidad perdida por una buena información objetiva.
Finalmente, cuando el profesional completa una historia y una evaluación adecuadas, a menudo puede determinar con confianza los desequilibrios sin necesidad de realizar ninguna prueba. Por ejemplo, si alguien tiene un historial de tabaquismo, usa productos de limpieza convencionales, no usa productos para el cuidado de la piel limpios y come alimentos no orgánicos, ¿por qué hacer una prueba de toxicidad? Seguramente van a tener altos niveles de múltiples químicos, y un protocolo de desintoxicación seguramente sería beneficioso.
«Una prueba de laboratorio funcional sólo debe realizarse si va a cambiar las decisiones clínicas.»
Curso de acción óptimo: Antes de comenzar un programa con cualquier practicante, pregúntele si realizan alguna prueba de laboratorio funcional. Si lo hacen, pregúnteles qué determina si se debe realizar una prueba y cómo utilizan la información recopilada.
- Falta de seguimiento
La modificación del hábito no es fácil. Es simple, pero no fácil. Los mayores cambios llegan a aquellos que tienen una base sólida del por qué detrás de los nuevos hábitos que están adoptando, junto con la repetición y el refinamiento.